Llegué al periodismo por descarte. A mí lo que me gustaba de verdad era la literatura, pero cuando empecé a estudiar filología me di cuenta de que yo era una mujer de acción. Por suerte, descubrí que el oficio me gustaba y se me daba bien.
Llegué a la comunicación corporativa por supervivencia. Pese a que había jurado que nunca me dedicaría a «eso», finalmente no me quedó más opción (era «eso» o vivir una vida que ya no quería), y pronto descubrí que no solo se me daba bien, sino que me gustaba.
Llegué a la psicoterapia por necesidad. Una crisis vital me llevó a un proceso personal que, por azar, me hizo encontrarme con la terapia gestalt y el movimiento armónico. Me mejoré, me enamoré (en muchos sentidos). Y me formé para ayudar a otras personas en lo que ya hacía en el ámbito corporativo y que se me daba bien y me gustaba (mucho), la comunicación.
Llegué a mi proyecto con voz propia por elección. Pude, al fin, elegir qué quería hacer, qué, de todo lo que había aprendido, quería ofrecer a los demás, y decidí juntar todas mis partes, que hasta entonces estaban de alguna manera separadas. Verlas en feliz convivencia ha sido uno de los mejores regalos que me ha dado la vida. Y que me he dado yo, claro.
Los seres humanos no somos piezas rígidas, no somos esa etiqueta que nos ponen en la infancia y luego asumimos como propia, ni esas otras que nos vamos colocando, como un pósit, a lo largo de nuestra existencia. Somos mucho más, y creo que estamos más felices y en armonía con nosotros mismos si nos permitimos explorar y ampliar nuestras posibilidades, darle una oportunidad a nuestras inquietudes y verlas como algo que nos enriquece y nos completa.
Y creo también que es mejor no ponerse muchas etiquetas, solo las básicas para no perder el norte de quiénes somos realmente, aunque eso esté en franca contradicción con este mundo de los hashtags que nos ha tocado vivir.
Así que cuando me preguntan quién soy, respondo que Charo. Si quieren saber algo de mi profesión, Charo Cardenal (nombre artístico). Periodista y experta en comunicación. Terapeuta gestalt y psicocorporal. También soy María del Rosario y de la Nuez. ¿A qué me dedico? A ayudar, acompañar y asesorar a personas, empresas y organizaciones en sus proyectos de comunicación, tanto profesionales como personales.
A seguir aprendiendo y descubriendo.
A cultivar mi propia voz. Y a un montón de cosas más.
(La música es otra de mis pasiones. Una que comparto con Manolo Benítez, responsable de la selección musical de este blog. Hoy tocó una maravilla para acompañar mis palabras).
¿Quién es esa muchacha tan dulce?, pensé mientras abría la puerta de mi casa. La visión de una jovencita con la mirada absorta y un tanto triste me sorprendió y […]
Sigue leyendoAcabo de chatear con Juan, que me ha ayudado a cambiar el método de pago de los productos que tengo contratados con Apple. Tengo que decir que finalmente nos entendimos […]
Sigue leyendoAquel seiscientos amarillo era como los chicles bazoca de la época: se estiraba hasta el infinito para acoger a una cantidad variable de chiquillaje (el equipo médico habitual éramos cinco […]
Sigue leyendo