Pájaros en el aire

Pájaros en el aire

Día 28. Aleteaban libres. Unas, con más vigor, resonaban en toda la calle al encontrarse; otras, más tímidas, se movían con alegría contenida, con un entrechocar que era casi una caricia; y en el gesto de algunas podía intuir el dolor, la tristeza, el cansancio, el temor, la incertidumbre. Todas rezumaban agradecimiento. Todas me hacían sentir comunidad, parte.

Todas se movían libres, un día más, puntuales a su cita de las siete. 

Esas manos, las que vibraban con distinta fuerza y una misma intención en los balcones y ventanas, son las mismas –pensaba yo mientras me encaminaba al contenedor arropada por la música y los aplausos- que se ven abocadas al confinamiento parcial en guantes de plástico; las que hay que someter continuamente a agua y jabón; las que no puedes echarte a la cara al primer escozor si estás haciendo la compra, las que tienen que guardar, más allá de la casa y a veces incluso en ella, la denominada distancia social que impide el contacto con piel ajena.

Esas manos, las de todos nosotros, viven ahora en libertad vigilada. Puedes usarlas, aunque con condiciones.

Puedes batirlas mientras cantas, saludar al vecino de enfrente. Hacer la ola, Bailar una sevillana. Puedes agitarlas más allá de tu cabeza o tocar el suelo. Puedes teclear en el ordenador o deslizarlas por la pantalla. Puedes sentir el tacto de la mano derecha sobre la izquierda, o viceversa. Puedes recorrer tu cabeza con los dedos mientras te dices: tranquila, esto también pasará. Puedes, siempre, mirar por la ventana o echar un vistazo a tu corazón y evocar otras manos.

Y aunque no puedas tocarlas, y aunque no puedan tocarte, puedes, porque está en la memoria de cada célula de tu cuerpo, volver a sentir su contacto. Afortunadamente, para la imaginación y el recuerdo, para la intención y el deseo, para el amor, no hay confinamiento ni cuarentena, no hay guantes y ni mascarilla que valgan; como las manos a las siete de la tarde, son libres. Como los pájaros en al aire.   

(Selección musical hecha con las manos y la memoria de Manolo Benítez).

https://youtu.be/ciPTf-6tiAI

 
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