Ni idea

Ni idea

Día 76. Y llegó la Novena de Beethoven, el undécimo domingo de confinamiento, la tercera fase de lo que llaman desescalada en algunas islas, segunda semana de la segunda en donde vivo y la sexta y última -parecer ser- prórroga del Estado de Alarma.

En mi caso, setenta y seis días seguidos de escritura, de cita con las musas y con los demonios. En mi caso, setenta y seis días en los que me paro para que no sea la cabeza, ni el corazón, ni la barriga, sino otra fuerza extraña la que me gobierne por un rato más o menos largo. Se hace el silencio, luego ruido, luego otro silencio, Beethoven de fondo y muchos, muchos interrogantes.

Tengo una remolacha al fuego así que antes de ponerme trascendente me voy a la cocina a supervisar lo que me toca de la comida de hoy, ensalada. Que además de escribir hay que comer, mantener el cuerpito sano, y por mucho sinfonía que haya en esta casa, hoy se anuncia picadillo con papas, o sea que tendré que poner un poco de verdura para equilibrar, un verbo difícil cuando ya llevamos casi tres meses pegaditos los dos.

Cada uno de los días que componen esos casi tres meses me pregunté -me lo pregunto hoy también, con la Oda a la alegría asomando- si podré salir más o menos indemne de esta broma pesada que se llama pandemia. Si los dioses, o la lotería de la vida, o las quinielas, o quien sabe quién o qué, me concederán algún tipo de indulto, ¿o una travesía por el desierto en cualquiera de sus formas? (Toco madera, cruzo los dedos, me encomiendo).

Me pregunto, me pregunto. Y a cada pregunta un no sé, un quién sabe, una sensación de vacío, de abismo, de caminar a ciegas que a veces me gusta, porque lo predecible tiene algo de manío, de olor a rancio; pero también me da miedo, como todo abismo que se precie. No hay científico, ni político, ni Wikipedia, ni bruja Lola, ni abuela centenaria que sepa las respuestas, aunque algunas ya están en el aire.

¿La salud? Ni idea, yo pongo la parte que me toca. ¿El trabajo? Ya veremos lo que ocurre. ¿La vida tal y cómo la conocimos? Qué va. ¿La gente que se pasa todo por el forro? Esa no sé si tiene remedio. ¿El fin de curso? Buf, mejor hablamos en septiembre. ¿Los abrazos? También para luego. ¿Las miradas? Ganaron puntos. ¿Qué comemos hoy? Lo que tú quieras, querido. La alegría habrá que alimentarla a cada paso.

(Y de música, hoy Manolo Benítez sirve dos platos).

https://youtu.be/ADmV0EH6DXY

 
 
Todo lo que sube, baja
¿Habrá que acostumbrarse?
Peces de colores