Dos metros de distancia

Dos metros de distancia

Día 49. He decidido aprovechar este tiempo para aportar algo útil a la sociedad, escribir mi primer Diccionario de términos de la era del coronavirus (el título es provisional), a ver si yo misma me aclaro con tanto palabro y tanta traducción libre que no hace más que añadir confusión a la que ya tengo, por esto de que ya llevo casi 50 días en casa y, con tanta información, mi cerebro empieza a congestionarse.

En fin. Lanzo la primera entrada del diccionario, la que más me preocupa. «Distancia de dos metros«: esa que hay que guardar en todo momento en lugares públicos, salvo contadas excepciones. Después de mis primeras salidas oficiales, no sé si es que estoy viendo visiones, necesito una visita urgente a la oculista o no se ha entendido bien del todo,

De las explicaciones posibles sobre cómo hacer el cálculo, aporto la que dio mi profesora de canto, que mide casi esa altura, a sus alumnos más pequeños: ¿se acuerdan de mi tamaño cuando estoy de pie?, pues me imaginan tumbada y esa es la distancia a la que se tienen que poner. Muy gráfico. Lanzo la idea, gratis, para quien la quiera: fotos en modo horizontal de Marc Gasol (por aquello de los influencer) cada 200 metros en Las Canteras, tanto en la avenida como en la arena.

Esto vale para calcular cuánto de lejos hay que estar los unos de los otros, pero a lo mejor, me planteo ahora, lo que no se entiende bien es lo de la distancia. Por si acaso, acudo a la RAE, o sea, el sacrosanto diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, y aquí la cosa se pone un poco peliaguda.

En su primera acepción habla del “espacio o intervalo de lugar o de tiempo que media entre dos cosas o sucesos”. O sea, aire, señores, aire, tú a la cabeza y yo a los pies de Gasol. Pero la tercera acepción de la RAE, y aquí es donde está el meollo de la cuestión, dice: “alejamiento, desvío, desafecto entre personas”. Y esto, claro, no es lo que queremos a estas alturas del campeonato. Llevamos demasiado tiempo con nosotros mismos y ahora deseamos como nunca juntarnos y arrejuntarnos.

Propongo entonces, para mayor comprensión de este término, dejarnos de tonterías y usar la megafonía de la playa para poner a todo gas “Contigo en la distancia”. En versión Los Panchos o Luis Miguel, a ritmo de bolero o regatón. Da igual. Lo que se necesite para aclararnos que dos metros no es nada y, al mismo tiempo, puede ser todo.

(Y si no te alejas te canto este maravilloso tema de Bola de Nieve. La ocurrencias de Manolo Benítez).

 
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