Como el cuento de la lechera

Como el cuento de la lechera

Día 55. Cuando todo esto acabe ya nada será igual. Cuando todo esto acabe volveremos a la normalidad. Cuando todo esto acabe el banco subirá la cuota de mantenimiento. Cuando todo esto acabe no habremos aprendido la lección. Cuando todo esto acabe valoraremos más lo que tenemos. Cuando todo esto acabe retornará el humo y el ruido a la ciudad.

Cuando todo esto acabe tendremos que olvidarnos de la vida que llevábamos. Cuando todo esto acabe me compraré un lindo traje de flores. Cuando todo esto acabe no sé qué pasará con el trabajo. Cuando todo esto acabe gastaré solo en lo básico, por si acaso. Cuando todo esto acabe daré la vuelta al mundo. Cuando todo esto acabe seguiré leyendo tranquila en mi sillón.

Cuando todo esto acabe seremos mejores personas. Cuando todo esto acabe la rabia por todo lo perdido acabará con nosotros. Cuando todo esto acabe podremos despedir por fin a los que se fueron. Cuando todo esto acabe me reiré de mis agonías varias con la desinfección y la limpieza. Cuando todo esto acabe podré soltar las lágrimas retenidas. Cuando todo esto acabe me bañaré sin límite horario en el mar.

Cuando todo esto acabe descubriremos que somos la misma persona que cuando todo esto empezó. Cuando todo esto acabe echaré de menos el silencio. Cuando todo esto acabe habré olvidado la cara de los vecinos de enfrente. Cuando todo esto acabe no volveré a madrugar un domingo en busca de una playa desierta. Cuando todo esto acabe dejaré mi puesto de vigilancia en la ventana. Cuando todo esto acabe recuperaré los abrazos perdidos.

Cuando todo esto acabe gritaré y gritaré hasta que se me acaben las ganas. Cuando todo esto acabe valoraremos la sanidad pública y a sus profesionales. Cuando todo esto acabe la privada volverá por sus fueros. Cuando todo esto acabe me seguiré enfadando por las mismas cosas. Cuando todo esto acabe tiraré las licras y las playeras al contenedor. Cuando todo esto acabe me cortaré el pelo al cero.

Cuando todo esto acabe habrá más pobreza y menos libertad. Cuando todo esto acabe habré escuchado todas las sinfonías de Beethoven. Cuando todo esto acabe igual me atrevo con una novela. Cuando todo esto acabe no escribiré más en mi blog. Cuando todo esto acabe me mudaré a una casa con balcón. Cuando todo esto acabe me haré vegetariana. Cuando todo esto acabe lo celebraré con champán del caro. Y con jamón.

Es más, creo que lo voy a preparar de aperitivo. Para la celebración habrá que esperar.

Porque más allá de los vaticinios y de los pronósticos, de los sueños y de las ganas de cambio, el hecho es que, aunque mañana habrá nuevas reglas de juego, esto está lejos de acabar. La bola de cristal se lo dejo a pitonisas, iluminados y analistas varios; la carta a los Reyes Magos, a la hija de mi vecina. ¿Y la fantasía? ¿Y los deseos? Que vuelen libres, ellas que pueden, mientras mantengo la cabeza fría y los pies en el suelo, no sea que nos vuelvan a encerrar.

(Y sigo disfrutando de las músicas que me propone Manolo Benítez).

 
El número uno
Embozada
Abrazo furtivo