Y en casita, codo a codo, somos mucho más que dos

si te quiero es porque sos / mi amor mi cómplice y todo / y en la calle codo a codo / somos mucho más que dos

Dice Mario Benedetti.

Lo de la calle lo dejamos de momento para la lista de las cosas que podremos hacer cuando acabe la cuarentena: pasear por Las Canteras, subir a Teror, un aperitivo al sol, una cena con amigos, sentarnos en el banco de abajo a ver gente pasar.

En casita somos mucho más que dos, y la lista que hacemos es la de la compra. Uno la escribe y el otro sale al supermercado. Uno va a trabajar y el otro se queda en casa. Uno duerme y el otro ve la tele. Uno hace la comida y la otra, o sea, yo, escribe. Como en una danza, cada cual hace su parte, a veces en amorosa sintonía y otras, no. Son muchas horas, unos cuantos días y, sobre todo, está la incertidumbre, de la que nos abstenemos en la medida de lo posible de hablar, para no echar más leña al fuego y poder seguir disfrutando, codo a codo, de la suerte de estar juntos.

y porque amor no es aureola / ni cándida moraleja / y porque somos pareja / que sabe que no está sola

No estamos solos. Somos mucho más que dos. Son los amigos del aperitivo virtual de las siete de la tarde que ríen allá al fondo; son nuestras familias, con sus luces y sus sombras, como las de todos; son los compañeros de trabajo que se asoman por el wasap para recordarnos que el mundo sigue girando; son los amigos, las amigas, siempre atentos a acompañar con amor, con humor, con respeto…

Como dice Daniel Viglietti, los amores que contengo / son tantos, tantos y tantos / los amores que contengo: / por ellos canto.